¿Qué es el paganismo científico?


Yo soy una persona espiritual, pero también una persona que se rige por la razón y lo empírico. A lo largo de mi vida comencé a andar para luego tener que regresarme, distintos caminos espirituales. Ninguno de ellos me resultó fructífero, porque todos ellos me exigían tener fe en cosas que no podía percibir, o cuyas certezas y resultados eran dudosos o ya de plano inexistentes. Además, su "libre interpretación" me parecía más conveniente que verdadera, lo que me llevaba a ser incapaz de creer en ellas. 

Sin embargo, hace un par de años viví la experiencia de vivir a otra ciudad, en otro país, y quizás más importante aún, en otro hemisferio. Yo soy oriunda y habitante del hemisferio sur y por lo tanto jamás había percibido con nitidez el vínculo de la naturaleza con las celebraciones y tradiciones folklóricas y religiosas. Al estar viviendo en otro lado, libre de la sociedad que me había rodeado constantemente y experimentando un ambiente natural distinto al que estaba acostumbrada, cuestioné a mis anchas todo lo que había aprendido. Dejé que permaneciera aquello que me pareció bueno para mí y que no fuera dañino a los demás, y me liberé de todo aquello que no me era necesario y en especial de aquello que me dañaba. 

De esta forma, comencé a experimentar la naturaleza que me era más accesible que en mi ciudad natal y a sentirme viva en ella y parte de ella. Sentí ganas de celebrar, y como ya no creía en nada en particular, decidí que celebraría lo que se me antojara. Así que festejé Halloween y el Día de los Muertos aunque no pertenezco a la angloesfera ni soy mexicana, sino que porque me parecía interesante pensar en esos tópicos y conmemorar a mis muertos cercanos. Luego viví Navidad con todo el lujo que quise, viviéndola por primera vez en invierno tal y como en todos los cuentos y películas de mi infancia (pero nunca en mi realidad) para descubrir que me en realidad la prefiero en verano. La gocé y no me importó si creía o no en Jesús o en el Viejo Pascuero. Al inventarme panoramas y simbolismos para cada una de esas fiestas, me puse a indagar en su origen y descubrí que en casi todas las fiestas cristianas y folclóricas que me inculcaron, el origen era en realidad pagano. Ahora, el término pagano es tremendamente amplio y la definición que yo ocuparé seguramente se quede corta.  Con paganismo me refiero al amplio espectro de religiones pre-cristianas que eran mayormente politeístas y cuyas deidades estaban altamente relacionadas con distintos fenómenos de la naturaleza o eran el fenómeno en sí. 

Al indagar en este origen y simbolismo paganos, comencé a llenar mi vida de videos y artículos de personas vinculadas con el paganismo nórdico y celta, la famosa wicca, y un montón de otros derivados que no creo sea necesario especificar. El consumo de este contenido me hacía sentir bien conmigo misma y con el mundo en el que vivía. Pasó el tiempo y llegué a la Rueda del Año. Comencé a celebrar algunos de sus sabbats, y cuando llegó Ostara, fue como si el mundo realmente se hubiese decorado en función de esta fiesta. Ostara es el nombre que recibe la celebración del Equinoccio de Primavera, fecha en que inicia esta estación. En vísperas de esta fiesta, vi florecer impetuosamente narcisos por todos lados. Luego comenzaron a aparecer pollitos de todo tipo de aves y le siguieron las crías de conejo justamente el día en que había decidido celebrar "la versión pagana de la Pascua de Resurrección", como yo le decía. Desde entonces, comencé a gradualmente celebrar la rueda del año y a experimentar una visión de la vida en función de esta.

Tal como antes, no pude eso sí ponerme a creer en hadas, elfos ni hechizos. No puedo creer en aquello en lo cual debes creer firmemente antes de experimentarlo, más que nada porque a lo largo de mi vida me he hecho ilusiones creyendo con una fuerte fe en ello, para que luego todo resultara contrario a como se supone que debía ser. No hay nada más desgarrador para mí que rezar, hacer un hechizo o lo que sea equivalente y que implique fe, para luego ver que todo resulta justamente en contra de mis plegarias. Me parece demasiado barata la explicación de que Dios o el universo tienen un mejor proyecto para mí. De hecho, esas respuestas me hicieron un daño psicológico tremendo, y vivir libre de estos preceptos ha sido de las mejores decisiones que he tomado, incluso cuando esto implica que creo que debo enfrentarme a la vida y al mundo por mí misma, sin ayuda de nadie, o que cuando muera posiblemente ese sea el final de todo. 

Empecé a diseñar entonces, una creencia o visión del mundo que se guía por las celebraciones y espiritualidad paganas, pero que adhiere y se nutre de principios científicos, razón por la cual lo llamé paganismo científico. Aplaqué a mi espíritu con la confianza en que el sol viene para mí todos los días, y con él el cortisol y la serotonina que me darán energía y alerta para enfrentar el día. Observé la posición cambiante del sol, y los consecuentes cambios en las horas de luz y en las temperaturas, así como sus cambios en el ecosistema y en mi fisiología. Dejé que la belleza de todos estos fenómenos me llenara de bienestar y alegrías, y aprendí a sacar provecho de cada temporada tanto para mi desarrollo personal como espiritual. Aprendí a verme a mí misma y a los demás como un elemento más de un ecosistema de la biósfera, y a esta como parte de un cuerpo celeste del gran cosmos. Permití al deleite que me produjo esta visión estabilizarme y darme fuerzas. Y desde entonces, he encontrado en esta visión del mundo y de la vida, refugio y consuelo en los tiempos difíciles y amplificación y extensión del placer y felicidad en aquellos tiempos buenos. 

Hoy, lanzo la semilla de esta visión con la libertad de exigencias que me ha entregado esta misma. En estos últimos años he contemplado con atención la vida, y he visto que un montón de semillas caen de las especies vegetales, pero sólo algunas germinan. De esas, sólo algunas sobreviven a los primeros estadios de desarrollo. He visto pájaros poner huevos que no eclosionaron y he visto morir pichones recién nacidos. Y al ver que los árboles siguen tirando semillas y que las aves siguen volviendo a empollar, he aprendido a vivir como ellos. Lanzo este blogg a quien le sirva, así como a mí me ha servido el montón de contenido escrito y audiovisual que he consumido durante mi vida: que te sea de provecho si estás leyendo esto e interesado en seguir conociendo sobre el paganismo científico. 

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